El otro día hablábamos de que España o, más
generalmente la zona del Mediterráneo, pertenecía a la cortesía positiva. Esta
se preocupa por el bienestar de los demás, hablamos gritando, hacemos
cumplidos, nos acercamos al hablar… Como nos preocupa el bienestar social, a
veces es necesaria alguna “mentirijilla piadosa” del tipo:
+ ¿Me queda
bien el vestido?
- ¡Sí! Te
queda genial, estás muy guapa.
Y todo esto para que la persona se sienta
mejor…
La periodista Rosa Montero habló sobre esto
en un artículo de El País Semanal en
el año 2004:
“Y es que la mentira, cierta mentira
bienintencionada y educada, es el necesario lubricante social que hace que los
cojinetes de las relaciones funcionen como es debido. Detesto a esos individuos
que van de sinceros por la vida, que alardean de su autenticidad sin tapujos ni
bridas y que, en realidad, solo son unos brutos y unos groseros, porque además
para lo único para lo que suelen ser sinceros es para los comentarios
desagradables”.
Inmediatamente al leer esto, a mí me vino a
la mente uno de los personajes más polémicos de la televisión: Risto Mejide.
Este publicista es una persona que no se
calla nada, bien porque lo piensa realmente, o bien porque cree que es lo mejor
para conseguir un buen “producto” como él denomina a todo lo que sale en
televisión. Como dice Rosa Montero, al ser tan sincero hace comentarios muy
desagradables que pueden herir a las personas.
De su paso por Operación Triunfo o Tú sí que
vales han quedado míticas frases que pueden ser justificadas por estar en
un concurso en el que era jurado y debía ser crítico. Pero aún así cortés, no
era. Algunas de estas frases, que los “triunfitos” habrán querido (aunque no sé
si con éxito) olvidar, son estas…
“No hay sonido capaz de describir
tu actuación de esta noche, y si lo hay no es un sonido que saldría por la
boca”. “Este jurado está fascinado contigo, por primera vez hemos visto a
alguien capaz de aburrir hasta la saciedad al público”. “Te puedo comparar con
un consolador, perfecta en la ejecución pero tremendamente fría en el
sentimiento”.
Pero no solo atacaba a los concursantes,
también había para los estilistas… “a ellas las vestís como putas y
a ellos como payasos".
Todo el mundo veía desde sus casas como los
concursantes lloraban por sus críticas y comentarios realizados sin ningún tipo
de tacto. Pero alguien a quien Ángel Llácer calificó como “manipulador”, se
ganó la confianza del público hace solo unos meses. Se la ganó porque escribió
una carta en su columna de El Periódico
dirigida hacia los políticos de este país: http://www.elperiodico.com/es/noticias/risto-mejide/largaos-2309252 . En ella
les pedía que se largaran y que “nos dejaran en paz”. Estas son algunas de las
frases:
<Largaos de una vez. Largaos,
sí. Los que trincáis> <Dais asco> <Callaos. Callaos de una vez.
Dejad de contaminar los medios, las noticias y nuestro estado de ánimo>
<Dejad de desanimar a la gente> <Devolvedlo. Devolvedlo todo> <Pedid
perdón. Disculpaos. Ante todo aquel que votó. Ante todo aquel que piensa seguir
votando. Porque ellos han creído en un sistema democrático que vosotros habéis
violado, sodomizado y puesto del revés> <Y por último, largaos, sí, pero
sin dejar rastro> <Seguid creyendo que no pasará nada. Porque así quedará
menos para que pase>.
Aquí el publicista no fue nada cortés, pero a
nadie pareció importarle. En este caso fue así porque ellos, los políticos,
tampoco lo han sido con nosotros. Así que hay veces, que es mejor dejar las
cosas claras y no mentir. Pero en otras, es mejor contentar a la persona…
Siendo cortés o no, en algunas ocasiones o en
otras, para gustos están los colores. Y con Risto Mejide parece no haber punto
medio: o te gusta o lo odias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario