"La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha" Montaigne

sábado, 4 de mayo de 2013

Ser o no ser

El otro día hablábamos de que España o, más generalmente la zona del Mediterráneo, pertenecía a la cortesía positiva. Esta se preocupa por el bienestar de los demás, hablamos gritando, hacemos cumplidos, nos acercamos al hablar… Como nos preocupa el bienestar social, a veces es necesaria alguna “mentirijilla piadosa” del tipo: 


+ ¿Me queda bien el vestido?

- ¡Sí! Te queda genial, estás muy guapa.

Y todo esto para que la persona se sienta mejor…

La periodista Rosa Montero habló sobre esto en un artículo de El País Semanal en el año 2004:

“Y es que la mentira, cierta mentira bienintencionada y educada, es el necesario lubricante social que hace que los cojinetes de las relaciones funcionen como es debido. Detesto a esos individuos que van de sinceros por la vida, que alardean de su autenticidad sin tapujos ni bridas y que, en realidad, solo son unos brutos y unos groseros, porque además para lo único para lo que suelen ser sinceros es para los comentarios desagradables”.

Inmediatamente al leer esto, a mí me vino a la mente uno de los personajes más polémicos de la televisión: Risto Mejide. 

Este publicista es una persona que no se calla nada, bien porque lo piensa realmente, o bien porque cree que es lo mejor para conseguir un buen “producto” como él denomina a todo lo que sale en televisión. Como dice Rosa Montero, al ser tan sincero hace comentarios muy desagradables que pueden herir a las personas. 

De su paso por Operación Triunfo o Tú sí que vales han quedado míticas frases que pueden ser justificadas por estar en un concurso en el que era jurado y debía ser crítico. Pero aún así cortés, no era. Algunas de estas frases, que los “triunfitos” habrán querido (aunque no sé si con éxito) olvidar, son estas…


“No hay sonido capaz de describir tu actuación de esta noche, y si lo hay no es un sonido que saldría por la boca”. “Este jurado está fascinado contigo, por primera vez hemos visto a alguien capaz de aburrir hasta la saciedad al público”. “Te puedo comparar con un consolador, perfecta en la ejecución pero tremendamente fría en el sentimiento”.

Pero no solo atacaba a los concursantes, también había para los estilistas… “a ellas las vestís como putas y a ellos como payasos".

Todo el mundo veía desde sus casas como los concursantes lloraban por sus críticas y comentarios realizados sin ningún tipo de tacto. Pero alguien a quien Ángel Llácer calificó como “manipulador”, se ganó la confianza del público hace solo unos meses. Se la ganó porque escribió una carta en su columna de El Periódico dirigida hacia los políticos de este país: http://www.elperiodico.com/es/noticias/risto-mejide/largaos-2309252 . En ella les pedía que se largaran y que “nos dejaran en paz”. Estas son algunas de las frases:

<Largaos de una vez. Largaos, sí. Los que trincáis> <Dais asco> <Callaos. Callaos de una vez. Dejad de contaminar los medios, las noticias y nuestro estado de ánimo> <Dejad de desanimar a la gente> <Devolvedlo. Devolvedlo todo> <Pedid perdón. Disculpaos. Ante todo aquel que votó. Ante todo aquel que piensa seguir votando. Porque ellos han creído en un sistema democrático que vosotros habéis violado, sodomizado y puesto del revés> <Y por último, largaos, sí, pero sin dejar rastro> <Seguid creyendo que no pasará nada. Porque así quedará menos para que pase>.

Aquí el publicista no fue nada cortés, pero a nadie pareció importarle. En este caso fue así porque ellos, los políticos, tampoco lo han sido con nosotros. Así que hay veces, que es mejor dejar las cosas claras y no mentir. Pero en otras, es mejor contentar a la persona…

Siendo cortés o no, en algunas ocasiones o en otras, para gustos están los colores. Y con Risto Mejide parece no haber punto medio: o te gusta o lo odias.

Raquel

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